Ya estamos en Pascuas. Se acabaron las procesiones y es el momento de comerse la mona.
Aunque es verdad que las tradiciones han cambiado una barbaridad y los jóvenes y no tan jóvenes prefieren aprovechar estos días de vacaciones para viajar.
Pero todavía hay gente que sigue haciendo lo que siempre hacíamos en estos días de Pascua. Hoy domingo a Bulilla, mañana al Grec y el tercer día a la montaña, a las cruces.
Y por supuesto además de divertirnos y jugar a los juegos típicos como pídola, la correa o volar los barriletes, tocaba merendar. Y para eso también teníamos tradición. Era típico el embutido seco de nuestro pueblo como las morcillas de cebolla y la longaniza seca, acompañadas por una buena lechuga y unas habas de nuestra huerta y como colofón no podía faltar la mona y por supuesto había que cascarle el huevo a algún amigo o familiar.
¡Qué tiempos aquellos! ¡Qué buenos recuerdos!
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