Allí es normal que en el escaparate o en la entrada de los restaurantes muestren a los clientes réplicas de los platos que cocinan, realizadas en plástico. Esto es de gran ayuda para los visitantes extranjeros, ya que si no conoces el idioma es casi imposible saber lo que estas pidiendo.
Vendría a ser algo similar a los carteles con las fotos de los platos combinados que solemos ver en algunos restaurantes de aquí, pero bastante más original.
Son réplicas muy conseguidas, sobre todo los postres, llegando incluso a creer que son platos reales.
La idea de las maquetas de comida nació en Japón en 1917 pero fue 1926 cuando el dueño de un restaurante decidió exponerlas en sus vitrinas, la idea causo furor y pronto se extendió a todos los restaurantes.
Hoy es normal ver las maquetas en otros países de Asia, como China o Vietnam.
Iwasaki Ryuzo es el mayor fabricante de comidas falsas de Japón, un negocio muy lucrativo, que produce ganancias de miles de millones de yenes al año, ya que un restaurante de lujo por una copia de un menú completo ,realizada a la perfección ,llega a pagar hasta un millón de yenes.
Los restaurantes envían a la fábrica un plato cocinado real y allí vierten,sobre él, silicona para formar un molde que luego rellenaran con plástico líquido y cocerán en un horno. Luego viene la parte más artística y laboriosa, pintar y cincelar hasta hacerlos totalmente reales.
Últimamente se ha puesto de moda vender estas copias a los clientes de los restaurantes como recuerdo, e incluso las tienes a la venta en comercios especializados que las venden como souvenirs, siendo de gran aceptación por parte de los turistas.
Una idea original que ha resultado ser muy lucrativa.
Podéis ver también dos vídeos relacionados con este tema, uno de ellos explica como se fabrican y en el otro daréis una vuelta por algunos restaurantes de Japón donde se exponen estos platos falsos.
No os perdáis este curioso vídeo de una chica japonesa que fabrica comida de plástico en Brasil.
Hace todo tipo de comidas desde la imitación de platos cocinados hasta quesos, jamones, verduras, frutas, piezas de carne, pescados y todo los ingredientes necesarios para cocinar.
Se utilizan como reclamo publicitario en restaurantes y para decorar supermercados, carnicerías y otros establecimientos relacionados con la alimentación.
Resulta muy útil para exponer en los escaparates y evitar que los alimentos naturales pierdan calidad y puedan llegar a tener problemas sanitarios.
Una idea realmente original.
Las comidas serán falsas, pero apetece darles un "bocadito".
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